Wall-e es una película animada de Pixar, que podríamos pensar es “sólo para niños”.
Tal vez sea para niños si seguimos teniendo la idea errónea de “el futuro está en sus manos” pero lo que realmente no nos percatamos, es que ese futuro está más próximo de lo que imaginamos…
Wall-e es un pequeño robot que vive en un mundo futurista, donde la basura ha hecho que el planeta se vuelva inhabitable para los humanos.
Tanta es la magnitud de este problema, que el presidente de BNL (Buy N’Large) declara “emergencia global”, y es así como comienzan a hacer proyectos para sacar a las personas de la tierra.
Claro está, que los humanos siguen sin querer hacerse cargo del problema por ellos mismos, (nada fuera de la realidad), por lo tanto crean a los recolectores de basura; y es aquí donde entra nuestro famoso protagonista; WASTE ALLOCATION LORD LIFTER EARTH CLASS, o mejor conocido como WALL-E.
Es tanto el cinismo y la indiferencia de las personas, por si fuera poco, que comienzan a realizar propaganda; “¿Demasiada basura en su patio? ¡Hay mucho espacio en el espacio!”
El plan “perfecto”, el plan que aparentemente solucionará todos los problemas, llevar a los humanos en cruceros estelares al espacio; cabe mencionar que todo esto lo venden como un especie de “tour de vacaciones”, con todas las comodidades que una persona puede imaginar (Robots asistentes, sillas flotantes que pueden transportarte sin hacer nada, etc.), mientras que por otro lado, se estará limpiando a la tierra.
Puede ser que a primera instancia Wall-E sea sólo un robot más, pero a lo largo de la película se muestra que desarrolla sentimientos, preocupaciones y necesidades, incluso él mismo manifiesta más interés por que la tierra se recupere, hace todo el trabajo que los humanos en algún momento deberían de haber hecho para evitar todos los problemas que ellos mismos causaron.
Todo esto se demuestra en las cosas sencillas que Wall-E disfruta, como encontrar nuevas cosas y experimentar con ellas, si le gustaban se las quedaba como recuerdo de lo que alguna vez fue, coas tan sencillas como una pequeña planta.
La planta es un recurso muy importante en la película, puesto que representa la poca pero única esperanza que hay de tener vida en la tierra. Es chistoso y al principio uno se puede preguntar cómo es que esa planta, siento tan “diminuta e insignificante”, sea la esperanza para todo una población, pero en efecto, es lo que hace que los humanos se den cuenta sobre el error que están cometiendo; que la tierra es su hogar y sólo lo están destruyendo poco a poco. Afortunadamente aún tienen tiempo de cambiar y no dejar que nuevas tecnologías ocupen su lugar, sino que ellos mismos puedan ocuparse y lo puedan resolver a mano propia.
Este filme fue estrenado en el año 2008, y uno se puede percatar que la visión que tenían en ese momento del “futuro” no estaba muy alejado de la realidad.
Si bien, el tema de la contaminación siempre ha prevalecido, nunca hemos quitado el dedo del renglón, pero sinceramente siento que ese es el gran problema. Ya no lo vemos de una manera sorprendente, que llame la atención, porque vagamente creemos que está y estará, y estamos bien, y nuestra vida sigue.
Lamentablemente el ser humano siempre ha necesitado de un suceso fuerte, o que desate a su zona de confort para realmente prestar atención a lo que está sucediendo, y a lo que sucederá; aún cuando lo tiene frente a sus ojos.
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